viernes, 23 de diciembre de 2016

VIERNES FORAMONTANOS... (4). DE CECEÑAS A SOLARES

Martes, 29 de noviembre de 2016

8ºC a las 8.01 h. en el luminoso de la farmacia.

(Ya en la estación). ¡Me encanta! Como siempre, la señorita, diciendo: “Vía 1…, en andén”, ¡y – como siempre- no hay ningún tren…!


Hoy no veo a Felipe. ¿Habrá…?

A las 8.15 h aún es de noche, aunque empieza a clarear. En mi vagón, todo mujeres: 7, conmigo. 5 rubias teñidas y 2 castañas.

Mercado en Maliaño, como todos los martes. Ya están puestos los adornos navideños. En unos años, nos comeremos el turrón en agosto…

Le cuesta amanecer. En Astillero se bajan bastantes estudiantes y, en La Cantábrica, se suben varios.

El día está mortecino y el vagón se balancea que da gusto. El fuelle, entre vagón y vagón, da unos chasquidos…

En Heras, han repintado la estación de amarillo claro. ¡A ver lo que dura sin pintadas…!


En media hora, estoy en Ceceñas. ¡Vaya! Si ya he estado aquí… Es donde el colegio junto a la iglesia, y la mansión al fondo…Y el parque fluvial La Regata. Está visto que las neuronas se me caen “a puñaos”…

Es plena hora punta, con todas las mamás – y algunos papás- trayendo a sus hijos en coche. ¡Vaya lío…!

Huele a leña, retenida por la humedad del ambiente.

Pues, ya que estoy, a las 9 y 20 cojo la carretera en dirección Solares. Cruzo sobre el río Miera y, en un área de descanso, un cartel con las especies exóticas invasoras: el plumero, la falsa acacia y el bambú japonés. El plumero, desde luego, es omnipresente. “Desarrolla grandes macollas [tallos que nacen del mismo pie de una planta]… Procedente de Sudamérica, se piensa llegó a Cantabria como planta ornamental… Produce más de un millón de semillas por planta y el viento las dispersa hasta más de 30 kilómetros”.


El bambú japonés resiste al corte y rebrota, al parecer, a partir de fragmentos de planta muy pequeños, de tan solo 0´7 gramos; así que su desbroce puede ser contraproducente.
En cuanto a la falsa acacia, leo que invade las alisedas.


En una desviación próxima, me encuentro a un señor (un paseante habitual que acaba de dejar a los amigos de paseo) empeñado en que haga una ruta maravillosa. Mientras le acompaño hacia su coche, veo en un plátano lo que me dice ser un nido de avispa asiática.(http://www.eldiariomontanes.es/cantabria/201612/14/antidoto-frances-contra-avispa-20161205223101.html). Contra la avispa asiática.

También me informa de que los badenes que hay en el muro que rodea la finca del marqués del Valdecilla son pasos “para que los ciervos entren y salgan”. La finca es un “coto deportivo de caza”. Quizá un par de ellos sean pasos para ciervos, pero otros agujeros son el muro derruido, sin más.


Cuando veo desaparecer el coche…, me doy la vuelta. El circuito que me proponía era demasiado largo y se alejaba de lo que yo me había empeñado en hacer hoy.


Sigo subiendo por la acera en paralelo a la finca del marqués. En un prado, bajo la fábrica de Bimbo, una vaca que me recuerda a las Hereford de las películas del Oeste. Enfrente, se ven caminitos… de cemento. ¡Podían haberlos dejado de grava! Entro por la puerta sur de la finca. En la subida, han plantado castaños. Ha sido el IES Ricardo Bernardo, en 2011 -según leo en la placa.


Salgo por la puerta principal y me compro en la panadería Bedia (desde 1911), una caracola deliciosa.

A las 11.15 h estoy cogiendo el tren de vuelta a Santander. Me apunto, para otro día, Hermosa (por Valdecilla); Orejo y Heras.


jueves, 8 de diciembre de 2016

EARTHWATCH, 1995. GOLDEN EAGLES OF MULL, EN ESCOCIA

Cuando fui al Reino Unido en septiembre de 1995, ya antes había ido como voluntaria en España al Campo de Trabajo “Estudio de la migración de aves” en Doñana, en octubre de 1994, con la SEO, y al Campo de Trabajo del FAPAS,  de plantación de árboles frutales para el oso, en Asturias, el verano de 1995.



Con la campiña inglesa había iniciado mi relación antes, el curso 1982-1983, cuando estuve allí para mejorar mi inglés. Salía con mi familia los fines de semana con el Long Eaton Rambling Club (http://www.longeatonramblingclub.org.uk/), de Nottingham, a recorrer los senderos en los condados cercanos.



La ocasión de ir a la isla de Mull, en Escocia, fue una oportunidad, al contar con una beca del Instituto Británico que me pagaba la mitad del monto total. Con el dinero aportado por los voluntarios, se contribuye a pagar los proyectos de investigación en curso de la organización internacional ambiental Earthwatch.

No recordaba que había tenido que escribir, en inglés, a mi regreso, un “reportaje de campo” sobre mis días allí. Lo titulé: “Una experiencia placentera que merece la pena y que recomiendo”. Eran tres folios.

Diario de viaje

El equipo VIII, del 11 al 23 de septiembre

El grupo  de voluntarios está integrado por 4 estadounidenses, 2 británicas y 2 españoles.

Bill, que sirvió en la RAF durante la II GM, es muy organizado: apunta todos los gastos y tiene una lista en el ordenador  con  toda la gente a la que ha de escribir, y cada día escribe a unos pocos. Le gusta sentirse protagonista.

Joe (estadounidense de ascendencia italiana) es un hombre discreto y atento. Se nota torpe andando y no oye bien. Creo que piensa que ha cometido un error viniendo.

Ruth (vive en California) es tremendamente independiente. Sin saber que formaría parte del grupo, la vi en el ferry de Oban a Craignure. Me llamaron la atención sus trenzas y su falda de ante con flecos como la de las indias.

Edda reconoce que siempre ha hecho vida de ciudad en los Estados Unidos.

Sarah Ch, es médico. De Londres. Le gusta disfrutar del campo y los paseos.

Sara O., también inglesa,  acaba de salir de una convalecencia y se agota fácilmente.

Rafa, español, es el más joven. Tiene tan solo 18 años. Ha estudiado en un colegio bilingüe, así que tiene el inglés bastante reciente.

Además, Paul Haworth, ecologista de campo interesado en las aves rapaces, socarrón, alegre y festivo, y Dom Morgan, ornitólogo de campo,  serio y callado. Ellos son nuestros mentores e investigadores.

Nuestra labor


El proyecto consiste en ayudar al investigador principal, Paul Haworth, con observaciones sobre las aves que le interesan (el águila real, y su relación con ratoneros, cuervos y cernícalos).

Cada día, salimos con un plano y prismáticos a tomar nota de las relaciones entre estos pájaros (por ejemplo, el acoso de ratoneros a un águila real o de cuervos que atacan a ratoneros y cernícalos), apuntando las coordenadas, para luego pasarles los datos a los investigadores.

En nuestro grupo, generalmente tres o cuatro personas, nos habíamos dividido las funciones: Rafa era el “oteador”; Sarah Ch, la lectora de mapas e intérprete, y yo, la “escribiente”. Apuntaba la hora del avistamiento, las coordenadas en el mapa, la dirección del vuelo, las especies vistas y la actividad que realizaban.

La llegada a Ben Doran Cottage, el lunes por la tarde


Vamos hasta Oban en un trenecillo (West Highland Line) que va bordeando lo que parecen unos fiordos o una ría de Galicia.

El bosquecillo junto a la vía es de roble, arce, fresno y creo que serbal de cazadores, con las bayas de un rojo reventón.

En el tren vamos poca gente y te puedes cambiar de asiento según donde estén las vistas.
A las 16 h cogemos el ferry de Oban (en gaélico significa “pequeña bahía”) a Craignure, ya en la isla.

Antes de cenar, subimos al monte junto a la casa (Ben Doran Cottage) para explicarnos los procesos geológicos, las islas en lontananza y todo lo que queramos saber. A las 19 h sopla un viento frío de bigotes…

La cena me resulta un poco cansada; tanto tiempo sin oír el idioma y, sobre todo, sin hablarlo, me ha hecho un poco tímida para expresarme, y también me cuesta entender. Estar tan concentrada me agota…


Fue muy gracioso: como al principio no me enteraba de nada (tenía mi inglés muy oxidado), creía que Paul era Alan [Fielding, el profesor que aparecía en el dossier que nos habían pasado], y Dom, Paul. Rafa pensaba que Dom se llamaba Bob. Como siempre te respondían, les llamaras lo que les llamaras…

Martes, 12 de septiembre

Hoy ha sido nuestra primera expedición con “bad weather”. Vimos en la playa huellas de nutria (otter signs) y hemos visto águilas reales y cernícalos (kestrels), sobre todo. Yo metí la pierna hasta la rodilla en terreno pantanoso y necesité de dos manos y toda la fuerza para salir y no dejar mi bota allí para siempre.

Miércoles 13

Día lluvioso y ventoso. Estuvimos leyendo y estudiando. Sarah bajó a por el periódico y, de paso, echó nuestras postales. Dom nos enseñó con el ordenador los usos de la tierra según satélite y los avistamientos de águila real (golden eagle), cuervos y ratoneros en la zona, con sus nidos y distribución. Luego, nos puso una cinta grabada  con los sonidos de varios pájaros.

Comimos pronto, una “sopa-resumen” muy buena y, como seguía lloviendo, nos dieron el día libre. Los más jóvenes nos bajamos a Bunessan a ver tiendas (solo hay 3) y, de paso, tomamos el té. Luego, las tres de “mediana edad”, Edda, Sarah Ch. y yo, decidimos ir a Uisken, mientras Rafa y la otra Sarah se volvían a casa.

Vimos 5 o 6 “cottages” en ruinas y entramos en dos para ver la construcción y la distribución de las habitaciones. A las 18.15 h estábamos en casa después de haber andado 12 kilómetros, preparadas para tomar el té tras una ducha.

Estamos divididos en tres grupos: Los más jóvenes, Rafa y Sara O. juegan con la pequeña Erika. Los treintañeros: Sarah Ch., Edda y yo. Y las “viejas glorias”, Joe, Ruth y Bill, en sus 70 s.

Jueves 14

Hoy ha amanecido un día estupendo y, pasadas las 9 h, ya estábamos en camino con nuestros sándwiches.

Fuimos en dirección a Uisken, donde habíamos estado ayer con tiempo muy diferente. Una señora en moto nos advirtió de no dejar ninguna puerta abierta.

Comimos en la playa y me mojé los pies. Luego, los más jóvenes del grupo fuimos campo a través por los páramos y terreno pantanoso hasta Ben Doran. Rafa casi pisa una víbora.

Llegamos cerca de un nido de águila real y, cuando bajábamos, salió de su refugio en un planeo maravilloso. Nos quedamos tan estupefactos que no nos dio tiempo a sacar una foto.

A las 15. 30 h estábamos en casa. Tras una ducha, Sarah Ch. y yo fuimos a Bunessan de compras y a por el té.

Viernes 15

Hoy ha amanecido igual que ayer y nos hemos dividido en dos grupos: los más jóvenes, con Dom, hemos cruzado la península de Mull (The Ross of Mull) de norte a sur; primero, por una pista que no aparecía en el mapa, y luego, campo a través entre los brezos – que nos ha hecho llenarnos de garrapatas- hasta unos acantilados  (Binnein Ghorrie) junto a una cascada, que eran una maravilla. Allí hemos visto desplegar sus alas a 4 águilas, al menos, aparte de cernícalos y cuervos.

A la vuelta, Sarah Ch. y yo decidimos quedarnos en Bunessan y dar un paseo por los alrededores. Nos llevó dos horas llegar hasta la carretera por un camino muy bonito y poco transitado, y otra más por la carretera hasta casa. Al final, unos veintitantos kilómetros y dos ampollas, pero mereció la pena. Luego tuvimos una opípara cena regada con vino -que pone a la gente contenta- e hicimos unas risas.

Me encontré dos nuevas garrapatas que tenían ya la cabeza metida en mi antebrazo. Espero no tener ninguna más.

Sábado 16. A day off in Iona

Teníamos el día libre para hacer lo que quisiéramos y decidimos ir a la isla de Iona. Ruth decidió irse sola por su cuenta, Bill iba a Staffa y el resto decidimos ir a Iona,  a una milla de Fioonphort.

Cogimos el ferry de las 10 h -apenas 5 minutos- y, con un día espléndido, aterrizamos en Iona. Como la isla es muy pequeñita, decidimos primero ver todo lo visible, luego tomar el té de las 11 h  y, a continuación, ya “resucitados”, empezar nuestro camino alrededor de la isla.

Como Joe anda un poco torpe y tenía que ir a esperar a Bill a las 14. 30 h, fuimos primero a comer a la parte norte de la isla, a una playa, y luego, tras dejarle encaminado, iniciamos nuestra ruta.

Subimos primero al Dun, el monte más alto de la zona – a 100 m sobre el nivel del mar- que te permite ver toda la isla y sus alrededores. Luego, acompañados por un perro de la localidad, que se nos pegó, fuimos decidiendo el camino para rodear la isla de 2´8 por 4´5 kilómetros.

Fue una tarde maravillosa. Vimos varios ratoneros y algunos cuervos y, antes del último ferry, nos dio tiempo incluso a tomar el té.

Ya en casa, una ducha y, tras una cena picante con curry, fuimos a recoger nuestra colada.

En Iona me compré una camiseta preciosa.


Domingo 17

Hoy, un nuevo camino. Un camino matador: muy bonito, por debajo de los acantilados hasta los Arcos [de Carsaig], pero acabé con los tobillos machacados. Había muchas rocas, incluso en las partes con algo de hierba, y tenías que estar muy atento para no romperte la crisma o las piernas. Eso sí: hizo un día precioso.

Vimos una nutria: yo le vi la cola, y Sarah Ch., la cabeza; muchas águilas, y lo pasamos muy bien, aunque fue muy cansado.

Lunes 18

Hoy también vamos a la costa, pero no a un sitio tan rocoso como ayer. Cogimos la carretera en dirección a Fionnphort y estuvimos por una mancha del bosque primitivo: avellanos, abedules, serbales, robles…Vimos tres “standing stones” [menhires] – habitualmente de granito; las hay por todo el Reino Unido. Luego, fuimos en dirección a los Potties y a Erraid, pasando delante de un torazo, que Sarah dice que te patean con mucha facilidad.

Comimos en la playa y decidimos rodear la zona porque la aparente lengua de tierra entre Mull y Erraid, no era tal. Así que, como las cabras, cruzamos sobre rocas, saltamos vallas, atravesamos marismas y llegamos con un viento helado a Fionnphort, a tiempo de un chocolate caliente con un “cheesecake” (tarta de queso) casero delicioso. Y ¡carretera adelante hasta casa!

Cuando quedaban unos 20 minutos para llegar, me dolían tanto las plantas de los pies y los hombros que tuve que pararme un ratito, pero fue estupendo.

Martes 19

Hoy hemos ido con Dom por la parte de arriba de los acantilados que el otro día hicimos por abajo. Aunque había hoyos, ha sido mucho mejor: menos cansado y con unas vistas alucinantes. Lo hemos pasado muy bien. Los tres magníficos (Rafa, Sarah Ch. y yo) y Dom, que también es tranquilo y callado (no le gusta hablar mucho). Mañana quizá vayamos a un pueblo abandonado.

Kintra no vale nada: 4 casas. Estuvimos en un joyero que hacía cosas de plata y piedras preciosas con dibujos celtas muy bonitos, pero todo era carísimo.

Miércoles 20

Por la mañana, Sarah Ch. y yo, las dos magníficas, abandonadas por Rafael, nos fuimos a Kintra cortando por los páramos, sitios “very wet and boggy”. No vimos muchos pájaros, supongo que porque tampoco había vida que los sustentara.

A las 2 -un poco antes, para tomar una sopita caliente-, estábamos en Fionnphort para dar una vuelta en velero. Las dos primeras horas, hasta el té, fueron bien: vimos bebés focas, cormoranes, delfines en la lejanía y el chorro de una ballena. Pero luego el cielo se empezó a cubrir y las dos horas siguientes fueron de chuzos hasta casa. Rafa, Sarah Ch.  y yo estuvimos cantando a pleno pulmón casi todo el viaje de vuelta. La única pena fue que no hizo viento suficiente para desplegar las velas…

Jueves 21

Edda, Sarah Ch. y yo fuimos a Scoor, un pueblo supuestamente abandonado, que no era tal, aunque la iglesia en ruinas merecía la pena. Una señora salió como una tigresa para decirnos que no cruzáramos sus tierras. Luego, debió arrepentirse, y como un corderito nos dijo el mejor modo de pasar.

Por la tarde, fuimos a Tobermory bordeando la costa por una carretera enana para oír a un grupo de música tradicional escocesa, Ceilidhs.

Me enamoré de Tobermory y decidí pasar allí mis dos últimos días después de terminar en el campo de trabajo.

Viernes 22

Creo que hoy vamos a cruzar la isla en busca de nidos de águila. Edda, Sara Ch. y Sarah O., Rafael y yo vamos con Dom. Sarah O. decía que le dolían las piernas, pero Dom parecía estar paseando por Hyde Park. Increíble que “Terminator” – como le llamaba Rafa-, pudiera ir tan despacio.

Al final, Sarah O, decidió quedarse en un pueblo abandonado mientras nosotros íbamos al nido de águilas en la costa. Dos horas más tarde, estábamos allí de nuevo. Lo cierto es que a la vuelta yo estaba muy cansada, no sé si por el cansancio general o porque había comido poco. Todos teníamos los pies tan mojados que ya nos daba igual saltar o no los charcos…

Para cenar, Rafa hizo espaguetis con una salsa de pollo y verduras y yo dos tortillas de patata enormes, pero no me quedaron nada bien porque los fuegos eran muy débiles y la patata se me coció, y las dos únicas sartenes que había, se pegaban… Bebimos mucho vino y no nos queríamos ir a dormir. Yo estaba muy triste: nos íbamos al día siguiente…

Sábado 23. NOS VAMOS…

Los primeros en irnos, antes de las 8 h, fuimos Sarah Ch, Rafa y yo; en coche.

Fui dando abrazos a todos y al llegar a Paul, ya no me pude contener  y me eché a llorar. El pobre no sabía qué hacer, más que repetir que podía volver cuando quisiera. La verdad es que toda la familia [Tricia, Paul,  Erika y Katherine] ha sido un amor. Y Dom, también.

LOS PREVIOS

En verano había estado trabajando de monitora de tiempo libre en un campamento juvenil. Habían sido días de mucho estrés, con mucho griterío alrededor, y llegar a un lugar tan bonito, solitario y silencioso fue para mí toda una cura espiritual.

LO QUE APRENDÍ

Mucho sobre vegetación (las plantas de los brezales y las zonas pantanosas). De hecho, nada más volver a España me compré una Guía de flores y plantas en Europa, que aún  conservo, veinte años después, toda churretosa.


Sobre arquitectura del lugar y sobre los problemas de los locales con los senderistas (que dejan las verjas abiertas o llevan perros sin atar, un peligro para los rebaños de ovejas).

A valorar el duro trabajo de un ornitólogo de campo que sale  no importa el tiempo que haga.

Y que un edredón es lo mejor del mundo. ¡Fuera sábanas, mantas y colchas…!


Nota: El País Semanal publicó mi artículo el 20 de octubre de 1996: “Isla de Mull. Un solitario lugar lleno de aves, ovejas, pantanos y acantilados”.
Sobre Earthwatch: http://eu.earthwatch.org.




viernes, 25 de noviembre de 2016

VIERNES FORAMONTANOS... (3). DE CABEZÓN DE LA SAL A CARREJO

Jueves, 24 de noviembre de 2016

10 º C a las 10.03 h. Es el primer día, tras finalizar los talleres, que tengo una mañana entera para mí misma.

Hoy voy a buscar la casa de Matilde de la Torre en Cabezón, donde estuvo su academia y donde estaba su jardín (Ver: http://quefluyalainformacion.blogspot.com.es/2016/08/matilde-de-la-torre-gutierrez-la-alonsa.html. Matilde de la Torre, la “Alonsa Quijano de las ideas puras”).

Y, si tengo tiempo, andar el espacio entre Cabezón y Carrejo que corresponde a la Ruta de los Foramontanos, abandonada tras un primer viernes entusiasta… (http://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2016/10/viernes-foramontanos-1-notas-de-viaje.html).

No estoy totalmente segura de que no caiga una gota y, como no tengo aquí mi chubasquero naranja, he cogido un paraguas pequeño, por si acaso. De momento, hace sol, pero el cielo está negro…

A la salida de Santander, en tren, veo que están dejando la falda de la calle Alta toda guapeada. ¡Me encanta viajar en tren…! (http://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2015/04/diario-de-una-viajera-en-tren-de.html). Los árboles que no son perennes, están ya muy “despelucados” (Esta palabra creo que es “ideolengua”, que me ha dicho mi profesor de portugués que es la manera de hablar propia de cada un@). Los liquidámbar, rojos; los robles, ocres, como los helechos y la reynoutria japonica, una invasora; amarillos, los chopos…

En el Cuco, donde ya han derribado los edificios de las laderas, empieza a verse un paisaje más naturalizado. Al llegar a Boo, las dos señoras a mi lado, se ríen con el grafiti de Mafalda (“El problema de las mentes cerradas es que siempre tienen la boca abierta”): “¡Qué verdad!”- dicen.


Cuando pasamos el río, los campos alrededor están inundados con una balsa somera de agua. Se ve que la tierra no traga…El día es luminoso y limpio, como recién lavado.

En Gornazo han cortado los plumeros, pero solo a ras de suelo. Me temo que volverán a brotar pronto…La campiña está hermosa con esta luz. Mucha gente tiene caquis en sus jardines y, al caerse la hoja, quedan solitarios los frutos naranjas como bolas de Navidad.

En Torrelavega, se baja todo el mundo y apenas sube media docena de personas. De Puente San Miguel a Santa Isabel vuelvo a recordar este paisaje extraordinario entre árboles. El río va crecido y marrón.

En San Pedro de Rudagüera, casas y tapias rezuman humedad. En Golbardo, hay un movimiento de tierras terrible. No sé si será para el nuevo puente que van a hacer…Al pasar, recuerdo la iglesia a la que pude, por fin, hacer la foto. En el río, veo un cormorán y una garza, oteando desde la orilla, sin osar meterse en los rápidos.

Un poco antes de llegar a Casar, me parece distinguir unos calabacines, o calabazas que trepan por los riscos, ¿los restos de algún huerto abandonado…?

Ya en Cabezón, antes de empezar con mis pesquisas, me tomo un café y un pincho de tortilla en el bar Saja (2´30 euros). La tortilla es gruesa, de dos pisos, como las de antes. Está deliciosa.


Una vez “restaurada” y, tras preguntar a varios parroquianos, voy en busca de la casa de Matilde de la Torre, dirección Carrejo, donde la antigua OJE y el actual IES Valle del Saja.

La avenida de plátanos entre la estación y el centro del pueblo está llena de lazos rojos por cada una de las mujeres asesinadas en 2016 a manos de sus parejas o exparejas. Mañana, viernes 25 de noviembre, es el Día Internacional contra la Violencia de Género.


Frente al IES Valle del Saja, unas casonas. ¿Será alguna de estas…? Doy la vuelta a la finca por un camino adoquinado que pone “Uso exclusivo de peatones”. Se llama “Camino de Tresano”. Es una finca grande con un jardín lleno de árboles hermosos. ¿Podría ser este su jardín…?


¡Ay, pero mi gozo en un pozo! La casa ya no existe. La tiraron. Yo había leído que al entrar las tropas franquistas en Cabezón, durante la Guerra Civil,  su casa había sido saqueada y la biblioteca incendiada, pero esto…Un profesor me dice que solo queda la puerta de entrada al invernal, tapiada. Da a una bolera por dentro del instituto. Solo me queda hacer la foto, como testimonio.


Al dar la vuelta al instituto por fuera, una placa recuerda el nombre de Matilde de la Torre en el “Complejo Municipal Cultural Deportivo”, desde 1984. Del jardín, puede que solo resten las dos secuoyas gigantes ante el espacio donde parábamos cuando éramos pequeños para ver muebles en Magín…


Sopla un viento frío que se lleva las miasmas cuando enfilo la recta de Carrejo. He preguntado a una mujer cuánto puede haber hasta el lugar: ¿diez minutos? ¿una hora? ¿5 kilómetros…? No sabe decirme. ¿Será que solo se mueve en coche…? - pienso yo.

Sin pararme a hacer fotos o tomar notas, el trayecto lleva unos veinte minutos. El Museo del Arte Textil (y del traje regional), que se encuentra a  mitad de camino,  pone que en noviembre abre de miércoles a domingo de 10 a 14 h y de 16 a 19 horas. Pero hoy es jueves y son las 12 h, y está cerrado. Claro, que tampoco ponía en noviembre de qué año…

Cuando llego al lugar que alcancé el primer día, me vuelvo a toda prisa a coger el tren de las 13.30 h.



sábado, 22 de octubre de 2016

VIERNES FORAMONTANOS Y OTROS CAMINARES (2). BERANGA

6 de octubre de 2016. A Beranga en autobús


17 º C a las 8.45 h. El autobús sale a las 9 h de la dársena 11. El billete, con la tarjeta transporte, cuesta 2´60 euros, ida (sin tarjeta, 3´05 euros). La llegada está prevista, desde Santander, a las 9. 35 h.

Como este trimestre no estoy segura de poder disponer de mi media mañana semanal para recorrer los pueblos de Cantabria (tengo mucho trabajo), aprovecharé las idas a los talleres para conocer un poco más los lugares.

Día lluvioso. Me he puesto las botas, aunque no la gabardina: aún hace calor (17 grados antes de las 9).

En la glorieta de Valdecilla hay mucho tráfico, no sé si el habitual o porque hoy llueve, y la gente, en vez de sacar el paraguas, saca el coche…El cielo, negro, amenaza, pero de momento no llueve.

De la estación salimos con unos minutos de retraso. El conductor no ha repasado los asientos en busca de basura: en el mío, en la rejilla, han dejado un danacol, o similar, y lo que parece el plástico de una cajetilla de tabaco.


Paso ante las marismas Blancas y Negras y recuerdo los días que estuve recorriéndolas el curso pasado (http://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2016/04/diario-de-una-viajera-en-autobus-9.html. LAS MARISMAS BLANCAS DE EL ASTILLERO.
http://ficcionesdeloreal.blogspot.com.es/2016/01/diario-de-una-viajera-en-autobus.html. LAS MARISMAS NEGRAS DE EL ASTILLERO).  Veo la estación de tren de La Cantábrica y paso ante la estación de autobuses de Astillero.

Parece que quiere despejar. La carretera está seca en Solares. En Hoznayo y Hoz de Anero veo alguna casa que me gusta.

El autobús me deja en la gasolinera y el conductor me dice que la parada, a la vuelta, es en la marquesina que está un poco más abajo.

La entrada al pueblo es un poco “desolé”. Me confundo y, pensando que el Ayuntamiento ha de estar en el centro, tiro de frente hacia las tiendas. Pero no, está en sentido contrario, cerca de la gasolinera.

He llegado hasta el cartel que señala la estación de FEVE, subiendo una cuesta, pero no sé a qué distancia estará. Igual un día hago la prueba…

La señora a la que pregunto por el Ayuntamiento, me dice: “¿Ves donde están las banderitas…?”. Le digo que sí, pero no las veo. ¡Ah! Están a la izquierda, no a la derecha, frente al bar restaurante El ferial, menú 9 euros.


Junto a la marquesina, lo que pensaba era la escultura de un ciclista, es el monumento en acero corten homenaje a Ángel Nieto por parte de grupos moteros, motos Lolo y más personas e instituciones.

A las 12 y 20 vuelvo a Santander con el sol un poco “picón”, con nubes pero sin lluvia… El taller ha ido estupendo, y el lugar, diáfano, en la parte de arriba del Ayuntamiento, es magnífico.


Ida y vuelta: 5´20 euros. Sin tarjeta, sacando ida y vuelta: 5´80 euros…

Jueves, 13 de octubre de 2016. A Beranga, en tren

Dicen que Beranga deriva de “veranica”, que quiere decir “lugar donde pasta el ganado en el estío”…

A las 7.43 h hay 16º C. Creo que hoy me va a sobrar el forro polar…, aunque sea fino (o no…).

El tren con destino Bilbao, en la vía 7, sale a las 7.55 h y tiene la llegada a Beranga a las 8.42 h.

Va poca gente, sobre todo jóvenes que van oyendo música, dando un repaso a los apuntes o consultando el móvil. Son dos vagones bastante nuevos, tapizados en color rojo sangre. Aún es de noche.

Vamos a paso mosca. En el apeadero de Nueva Montaña, hay un señor con gorro de lana. Un poco exagerado, me parece.

Maliaño está iluminado con luces naranjas. El cielo se va tornando azuloscurocasinegro, como la película…, y las “hogueras” de las chimeneas son lenguas anaranjadas en la noche.

En Astillero, las marismas negras reflejan las farolas. En Heras, de donde traen el pan del “Machi” -tan rico, con tomate y aceite-, el cielo está negro, no sé si de sur o de que va a caer un chaparrón. La mayoría se baja aquí. ¡Claro: van al instituto…! En la marquesina, alguien ha hecho la gracia de rellenar la H de Heras hasta conseguir que ponga Peras.


Antes de llegar a Orejo, el búnker del Santander parpadea con dos lucecitas rojas en lo alto de la chimenea. Los plumeros están por todas partes.

En Orejo estamos parados unos minutos. El revisor cabecea en los primeros asientos, sin nadie a quien picar el billete. La estación muestra humedades en su cara oeste, de donde llegan las lluvias con el (viento) gallego.

En Puente Agüero el día está gris, pero aguanta. Con la luz, tan tibia, los colores del paisaje están suavizados y parecen al pastel.

Antes de llegar a Beranga, se despliegan praderías con ovejas. El bosque primitivo, a mi derecha, y plantaciones de eucaliptos, a la izquierda. Luego, el paisaje entreverado, o intercambiándose, a placer.

Desde el tren, ya se ve que Beranga ha tenido un desarrollo turístico en forma de urbanizaciones y adosados, pero…, al bajar, huele a abono,  a la vez que se oye el tráfico de la autovía. El revisor se apea conmigo. La estación está tan sólo a unos 200 metros de la carretera general que atraviesa el pueblo.


En la Nacional 634, en uno de los donuts, se anuncia un “Museo de la campana”, pero no sé a qué distancia estará [9 kilómetros. Bufff]. ¡Qué pena no haber traído mi podadera: algunas bardas cuelgan hasta el suelo…!

Antes de investigar un poco más, me tomo un cortado delicioso (1 euro) en La Brena.


Luego cruzo sobre el río Campiazo por un puente de madera entre tubos azules. Otros dos pasan sobre mi cabeza a buena altura. El río, lleno de alisos, hace un poco de espuma. Una casa sobre el río, se vende; no me extraña. Ahí te coges un reúma…

En la carretera que va hacia Hazas de Cesto y Solórzano, en el arcén, han pintado de rojo un camino para peatones, supongo que pensando en los peregrinos que vayan al albergue de Solórzano. Para que no se jueguen el tipo.


Pregunto a un paseante que lleva dos años en Beranga si el camino rojo llega hasta Hazas, y me dice que sí. También le pregunto  por un sendero que me parece entrever al otro lado del río, pero me dice que él no se ha adentrado mucho, aunque la gente del pueblo lo recorre habitualmente, y que el día anterior tuvo la desagradable experiencia de encontrarse con un corzo abatido (supongo que ilegalmente). “Llamé a la Guardia Civil…”.


Frente al cartel que señala el comienzo de Hazas de Cesto, otro que indica un campo de tiro de paintball, a la izquierda, en dirección al río. Decido tomar por ahí. Junto a una especie de molino, sale una carretera que sube, pero son las 10 y no estoy segura de que salga a Beranga, así que me doy la vuelta. Otro día, más…


Jueves, 20 octubre de 2016. A Beranga, de nuevo en bus

A Beranga (destino final: Santoña), puedo ir en dos compañías: Turytrans (ALSA), que sale de la dársena 11, y Palomera, que va por Somo (dársena 8). Pero la tarjeta transporte solo me cubre el ALSA, y además, me hace descuento, así que ¡allí vamos!

Cuando salimos de la estación subterránea, un habitual suplica al conductor que le abra la puerta. Otro, que va en el autobús, quizá su amigo o su compañero de trabajo, también le implora. Pero el conductor le dice que no puede abrir fuera de la parada y, después, se justifica ante los pasajeros contando casos de despido, multas de 300 euros y gerentes que desde el bar El Español vigilan que se haga lo correcto…

Un parroquiano aporta su caso: “A mí el otro día no me paró, a las 6.30 h de la mañana, el autobús que iba al aeropuerto. ¡Y no había nadie en  la calle…!. Tuve que coger un taxi que me costó 16 euros…”.

Luego, siguen con el repaso a la actualidad: los incidentes en la Facultad de Derecho, la política nacional…: “Lo que hace falta es que el PSOE se reorganice bien…”. “Sánchez se ha ido diez días a Chicago, en bisnes. ¿A quién le permiten eso en su trabajo…?”. Una señora que se sube en Solares aporta su granito de arena: “Dicen que a los jubilados quieren quitarles la paga de Navidad…”. La cosa se anima: “Lo que tienen que hacer es devolver todo el dinero que han robado…, pero prefieren ir a la cárcel…”. “¿Y para qué queremos gobierno…? Para nada…”. “Pero todos siguen cobrando…”.


Entretanto, hemos dejado atrás las marismas de Astillero, hoy con marea alta (veo el puente nuevo que estaban haciendo el año pasado) y estamos atravesando Hoznayo al que, la feria de San Lucas de ayer, ha dejado lleno de kilos de basura.


Según el periódico, la de Hoznayo es, junto con la de Los Santos, de Potes, la cita ganadera más antigua de la región. “Sus orígenes se remontan a la Baja Edad Media (1521)…Una de las señas de identidad de San Lucas es precisamente el ganado caballar, mular y asnal…”.

En Beranga, como tengo tiempo antes del taller, me tomo un cortado en el bar La Brena. Porrones y picoteo. La próxima vez, probaré el bar Beranga. Hay que repartir…


El “camino del río” transcurre entre eucaliptos, a la derecha, y vegetación de ribera (fresnos, chopos, alisos), a la izquierda. Hago un circuito circular de apenas un par de kilómetros (uno de ida, hasta el puentecito de piedra, y otro de vuelta). Se ha convertido en mi paseo favorito…