viernes, 15 de noviembre de 2013

PENSÉ QUE IBA AL PERCEBE... (Prestige, noviembre 2002-noviembre 2013)


2013: “Si la Justicia no hace nada, es el pueblo gallego quien les condena”.

Me levanté por la mañana pensando que iba al percebe... Pero no. No había percebes, y no los habría durante mucho tiempo. Había llegado la marea negra, y los había sepultado a todos.

Yo pensé en la familia aquí, en Galicia, y en la familia allá, en Argentina, a donde habían emigrado en tiempos de los abuelos, buscando un mundo mejor, y que ahora estaban con “el corralito”, sin poder disponer de sus fondos, empobrecidos y desesperados.

Allí, los niños se morían de hambre, y familias en las que habían trabajado los dos, estaban ahora en el paro, sin ingresos y sin liquidez. Aquí, las familias tienen que recurrir a sus parientes en el campo para que los provean de “patacas, ovos...”.

... Nos levantamos por la mañana pensando que vamos al percebe... Pero no. Ya no hay. Ni percebes, ni pulpos, ni nécoras. Todo está manchado y envenenado. De nuevo tendremos que emigrar.

Los niños gallegos, con sencillez,  han puesto el dedo en la llaga: “No se lo han tomado en serio... ¿Por qué nosotros no tenemos barcos anticontaminación? ¿Es que acaso no tenemos costa...?”.

¿Por qué no contratan a un superlogista? -digo yo. Si el gobierno no lo tiene, que contrate a uno en cualquiera de las ONGs acostumbradas a desenvolverse en catástrofes. Alguien que coordine por encima de nosotros, los marineros, que ya nos hemos organizado solos. Como siempre.

Hoy me desperté pensando que iba al percebe. Pero no. Ya no hay. Solo queda alquitrán sobre las rocas.

Nunca mais -dicen. Pero yo sé que no será así. Hay muchos intereses en juego. Países con armadores y navieros desaprensivos. Países que extraen y transportan hidrocarburos en malas condiciones.

Así que hoy me vestí con el pescador, me puse las botas katiuskas y salí a recoger fuel. Con mis propias manos. Ahogándome. Sin desmayo...

Para el desastre no hay competencias ni comunidades autónomas. Para el desastre no hay fronteras. Ya lo dijo el rey: Todos a una, como Fuenteovejuna.

Ayer soñé que iba al percebe. Pero no. Solo queda una noche negra y permanente sobre el mar...

[Publicado un extracto -como Carta-, en la revista Mujer Hoy, MH, en 2002]

Coda: en 2024 ha vuelto a suceder: en este caso, con pélets, unas bolitas de plástico contaminantes, millones y millones. De nuevo, los voluntarios son quienes primero y más permanentemente actúan...